Nos da miedo salirnos del camino pautado por
si aquel nuevo que escogemos no es tan bueno conocido como el que
estábamos acostumbrados a andar. Y por si la gente junto a la que
compartíamos la trayectoria decide seguir por su camino sin
acompañarnos.
A veces tenemos miedo de ser quién realmente queremos ser. Simplemente nos dejamos llevar por la corriente diaria en el devenir del tiempo y no hacemos más que lo que debemos según lo que se espera de nosotros. Y, ¿qué hay de lo que queremos? ¿Por qué no intentamos perseguirlo si de verdad nos hace felices?.
A veces tenemos miedo de ser quién realmente queremos ser. Simplemente nos dejamos llevar por la corriente diaria en el devenir del tiempo y no hacemos más que lo que debemos según lo que se espera de nosotros. Y, ¿qué hay de lo que queremos? ¿Por qué no intentamos perseguirlo si de verdad nos hace felices?.
Y, puede que no siempre hayamos escogido la dirección
adecuada, pero puede que sí nos demos cuenta de quién estaba con
nosotros para ayudarnos a reorientarnos cuando estábamos perdidos.
Foto: Gema Fernández
G. Ferestradé
No hay comentarios:
Publicar un comentario