miércoles, 25 de septiembre de 2013

El vértigo de lo diferente


­­Dicen que a veces hay que cerrar los ojos y no pensar demasiado. Escuchar más el ritmo de tus latidos y descubrir con qué se aceleran. Encontrar tu pasión. Dicen que a veces es sano tomar asi algunas decisiones importantes en la vida. Algunas que cambian el rumbo de tu destino. Cuántas veces hemos soñado con hacer la maleta, echarnos la valentía a la espalda y deshacer la rutina. Coger el primer tren sin tener en cuenta el destino. Subirse y dejarse llevar sin preocuparse de donde parará. Cuántas veces hemos deseado por un momento, construir otra vida en otro lugar, empezar de cero. Respirar otro aire, compartir otras miradas, recorrer otro camino y encontrarse a uno mismo al final de él. Empezar un viaje que sabes donde comienza pero nunca donde acabará. Da vértigo pensarlo, pero es mejor no mirar abajo y saltar. Asi es como descubrí que las mejores cosas suceden cuando te construyes tus propias alas en lugar de esperar a que aparezcan de la nada, porque nada aparece si no se pone el empeño suficiente en construirlo. Pero hay que ser paciente y saber esperar, todo llega a su tiempo. No abandones en el primer intento, porque los pilares más sólidos tardan en cimentarse.

No siempre es fácil buscar un nuevo comienzo y no siempre se tiene éxito encontrándolo pero merece la pena intentarlo. Merece la pena salir ahí fuera, conocer y darse a conocer. Compartir ideas, intercambiar opiniones, abrir tu mente y darse cuenta de que tu forma de ver las cosas no es la única y verdadera y de lo mucho que podemos aprender de los demás.
Y solo cuando has visto cosas diferentes, puedes pensar diferente.                                                                                                                 
                                                                                           
                                                                                           G.Ferestradé