miércoles, 1 de mayo de 2013

Despidiendo finales

Me dijeron que disfrutara cada minuto que me regalara la vida porque el tiempo no tiene escrúpulos y nunca retrocede para permitirte vivir algo de nuevo. Cada momento es único y no pasa dos veces por el mismo camino. Me aconsejaron que fuera yo misma y que no tuviera miedo de sentir como yo lo hago. Que el sentir tiene un riesgo pero que merece la pena correrlo. Que me dejara llevar un poco más y que no me arrepintiera de nada de lo que hiciera porque todo tiene un porqué. Que todo sucede por alguna razón aunque no apreciemos cuál. Que nunca abandonara mi afán de perseguir sueños porque ellos me daban la constancia necesaria para ir consiguiendo, para ir llegando. Que no tuviera miedo a los finales porque me enseñarían que he sido capaz de terminar aquello que empecé o simplemente me enseñarían que las cosas no son eternas y que debía disfrutarlas desde su comienzo para no perderme nada por el camino. Que las trayectorias no siempre son rectas, que las rectas son aburridas y que las curvas dan emoción y adrenalina. Y que las emociones fuertes a veces son necesarias para no dormirnos en el viaje. Me recordaron que conocería a personas de todo tipo y que sus prioridades podian ser diferentes a las mías. Que podían ponerme la última en la lista de alguien que yo tenía en primer lugar. Que somos vulnerables y sufrimos vaivenes. Que la constancia no es nuestro fuerte. Que el amor llega despacio y se va tan rápido que nunca es suficiente, pero que no dejara de amar si quería hacerme grande y crecer.
Ahora que he llegado a uno de los muchos finales que aún me quedan por vivir, miro atrás y sonrío. Me gusta lo que recuerdo. Las cosas que he vivido. Las personas a las que he conocido. Cuantos días habré estado esperando que esto se termine y, sin embargo, ahora que lo veo tan cerca, me quedaría aferrada a tantos momentos que no sabria cuál elegir. He disfrutado, he soñado, he amado y estoy a punto de terminar aquello que hace cinco años empecé. Y, a pesar de todo, me quedo con este último, que me ha enseñado a conocer esa parte valiente de mí misma. Me ha hecho ver que el esfuerzo nunca es en vano. Que si quieres conseguir algo, debes intentarlo primero y no quedarte solo en el deseo,porque así es como empiezan los grandes retos, las grandes vivencias, los grandes comienzos. Me ha dado algún que otro revés, algún que otro obstáculo, pero que desde el ángulo y enfoque correctos se aprecian como colisiones con las que aprendemos a enfrentarnos a situaciones que nos dan perspectiva y nos ayudan a distinguir mejor que queremos de la vida. 
Parece que esto se acaba y no hay marcha atrás. Ha sido un placer haberte vivido y haberte sufrido. Gracias a todos los compañeros que han compartido algún retazo de estos años o gran parte de ellos. Compañeros de clase y de fuera de ella.Compañeros de viaje que me han ayudado a seguir adelante y no rendirme. A todos aquellos que han pasado por mi vida en estos años, esteis o no cerca mio. Porque gracias a vosotros estoy llegando al final.
                                                                                                                         G. Ferestradé