En aquel mar de dudas y de indecisión, empezó a comprender; comprender que nunca había sido selectiva, que siempre había querido abarcarlos a todos pero que ella no siempre había sido introducida en sus mundos como alguien importante y especial.
Sintió irremediablemente la necesidad de comenzar a ser correspondida equitativamente. De abrir la puerta a aquellas personas, de las que nunca había sido consciente que estaban ahí cerca y con las que quería empezar a compartir su mundo. ¿Por qué no? Al fin y al cabo, a todos nos gusta recibir un poquito de lo que damos.
G.Ferestradé
No hay comentarios:
Publicar un comentario