Solía pensar que había cosas que nunca
cambiarían, que permanecerían ahí para siempre, conmigo.
Incondicionales. Pero la naturaleza de nuestro mundo es cambiante. Idas y
venidas. Las cosas cambian, las personas cambian, las ideas
evolucionan. Y supongo que no es malo, pero cuesta asumir que nunca
tendremos la seguridad de algo seguro. Qué paradoja, pero qué
emocionante. Sin embargo, entre tantos desatinos
creo que estaba cerca de llegar al final. La gran meta. Había sido un
año complicado, un camino tortuoso. Demasiadas curvas, para mi gusto.
Sin embargo, una gran canción sonaba en mi cabeza: "Nada es eterno, todo
llega a su fin". Y, para bien o para mal, todo acaba para dar comienza a
una nueva etapa, una nueva historia. Ir cerrando puertas para poder
abrir otras. ¿Quién dijo miedo?Lo desconocido también puede ser
fascinante.
G.Ferestradé
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