domingo, 7 de abril de 2013

Aires de fortaleza

Salir ahí fuera y enfrentarse no es siempre fácil. Estamos demasiado expuestos a agresiones externas y no contentos con eso a veces nos empeñamos en agredirnos a nosotros mismos por dentro.Nos gusta ponernos las cosas más complicadas de lo que son y lo peor es que pensamos que los obstáculos nos los están poniendo los demás que no nos dejan avanzar.
Nos da verguenza reconocer que hemos perdido el rumbo, que necesitamos ayuda porque tenemos miedo y no sabemos cuál es el siguiente paso. No somos superhéroes y no tenemos una fuerza infinita. Podemos pedir prestado unas cuantas sonrisas, algún que otro abrazo, un poco de norte y una mano amiga que te agarre cuando vengan turbulencias. A veces te sorprenderá que estos préstamos se convierten en verdaderos regalos. Y, son mucho mejores que cualquier otro. No solo no se devuelven sino que se quedan contigo de por vida.
Mostrar la debilidad y la flaqueza en ciertos momentos no es de débiles sino de valientes. Y cuando eres capaz de ver de nuevo, recuperas con doble intensidad todas tus capacidades y estás plenamente dipuesto a salir ahí fuera a comerte el mundo.
Devorar dificultades, abarcar todo tipo de posibilidades con nuestro par de brazos y respirar aire de nuevas metas son las mejores sensaciones del mundo. 
Qué plenitud.
                                                                                                G. Ferestradé


                                                                                                                 


No hay comentarios:

Publicar un comentario